Entrevista inédita a Ricardo Blume (2004): "Mi vida; inconclusa"
El 2004, Etiqueta Negra me pidió entrevistar a Ricardo Blume, gran actor peruano radicado en México, cuya trayectoria en películas, teatro y telenovelas ha sido cada vez más respetada y querida, por su versatilidad y potencia actoral. No vive de la fama, sino de su trabajo. Él lo acepta: "La vocación se construye con los años".
Ricardo es un hombre con mucho sentido del humor. buen colega, y comprometido con cada obra: pequeña, independiente o una megaproducción. Fue, con apenas 27 años, fundador del TUC: la escuela de teatro de la Universidad Católica. Logré contactarlo, "conversar" con él de mail a mail, y sus respuestas fueron sinceras, amables, divertidas; humildes.
La entrevista conseguida desde Lima, "porque reestructaron la revista", como me dijeron, y con fotos ya tomadas en el DF, inclusive, jamás fue publicada. En ese entonces fui incapaz de pedirle disculpas por la no publicación. Me daba demasiada vergüenza. A mis 34 y quizás desde mucho antes, es algo que jamás haría. Jamás. Y me retracto y le pido disculpas a Ricardo por esta omisión tan cobarde como inocente, en su momento.
Ayer encontré, por casualidad y entre cientos de libros del jirón Amazonas en Barrios Altos, NADA DEL OTRO JUEVES, una recopilación de sus artículos periodísticos donde reflexiona sobre las elecciones, la peruanidad, el terrorismo, el eco del dolor y las enfermedades, la religión, la ausencia de verde en Lima; su vida en México y la necesidad de ser transparente, siempre. Me emociona haber descubierto, aun tardíamente, su prolífica faceta de cronista.
Y esta madrugada, recordé la entrevista en la duermevela, como quien reconoce que ha llegado tarde a una alegría, y que debía tenerla archivada "en alguna parte". Pues aquí está y creo que es preciso compartirla, porque siento sus respuestas tan actuales, tan honestas, tan vitales, y porque el próximo mes -imparable a sus ahora 77 años-comenzará a grabar una nueva película mexicana, bajo la dirección de Francisco Franco, el mismo de QUEMAR LAS NAVES. (Hablando de cine, lo curioso es que la única respuesta que ha quedado desfasada, es aquella sobre la cinematografía en el Perú: mucho ha crecido nuestro cine desde el 2007 en adelante, gracias a una nueva generación de cineastas que rompieron con los guiones clásicos y se atrevieron más...).
Al responder mi cuestionario, Ricardo me dijo lo siguiente: "No he tenido tiempo para escribir mejor porque estoy lleno de compromisos. Puedes cambiar el orden, como quieras. Pero si hay que cortar, deja que sea yo el que lo haga".
Han pasado 7 enormes años desde entonces y -apreciado señor Ricardo Blume- no he tocado una sola de sus palabras (ni tampoco he cambiado el orden de las preguntas, para conservar la frescura de entonces; para mí también han pasado 7 años)...
Tus recuerdos de la fundación del TUC y del trabajo con Luis Álvarez...
Fundamos el TUC cuando yo tenía 27 años y lo dirigí hasta los 35,
que es la época de mayor rendimiento y energía. Yo era capaz de todo. De
enseñar todos los cursos o de escalar una pared si no teníamos la llave
para entrar a ensayar. Creo que, más que otra cosa, comuniqué a mis alumnos
de entonces una pasión por el teatro, que se mantiene viva. No me gusta
mirar hacia atrás, pero cada vez que lo pienso creo que el TUC fue de lo
mejor que hice en mi vida de hombre de teatro.
Mi trabajo con Luis Alvarez fue el de las primeras letras, mis
gateos teatrales. El me enseñó la técnica y la ética con un estilo que,
cariñosamente, podríamos calificar de "la letra con sangre entra". Me dijo
alguna vez en un ensayo: ¡O lloras o te pego! (Y lloré, claro). Me daba
parlamentos de obras para memorizar y, yo arriba del escenario y él abajo,
me hacía repetir una y otra vez corrigiéndome. También me daba obras para
analizar por escrito y me ponía acotaciones como ésta: "El señor Blume
tiene capacidad para hacer un trabajo más profundo. Inténtelo otra vez". No
me dejaba pasar una. Después de más de medio siglo de carrera profesional
no dejo de agradecerle los sólidos cimientos que me puso. Solía escribirle
una carta la noche de cada estreno, estuviera donde estuviera; a él y a
Ricardo Roca Rey, mi otro gran maestro. Ahora simplemente me encomiendo a
ellos.
¿Qué significa ser actor, un buen actor y esta vocación?
Creo que ser un buen actor consiste, entre otras muchas cosas, en
hacer creíble un personaje, justificar todo lo que se dice, tener la
capacidad de jugar a transformarse. Supone, también, una técnica y una
ética. Un buen actor no hace concesiones, no baja la guardia, apunta
siempre alto. No olvida que está representando a seres humanos, y haciendo
arte. En cuanto a la vocación, no fue tan simple como prender el
interruptor de la luz ni amor a primera vista. Atando cabos, veo que desde
los siete años representaba en el colegio; que mi madre organizaba
representaciones para el santo de la abuela y que yo siempre participaba; a
los nueve años cantaba en radio a dúo con uno de mis hermanos...en fin,
había ciertos antecedentes. Una vez, en la AAA, me colé a ver un ensayo, me
gustó y me quedé para siempre. Creo que la vocación se adquiere con los
años, con el ejercicio apasionado de una profesión.
Como de galán de telenovelas, ¿qué costaba más? Tratar de que no me dijeran "galán"; que me consideraran, como era,un actor que en ese momento hacía los papeles de galán. Estuve "galaneando" hasta los 47 años, fue un placer decir: ¡Ya no más! Lo que más me molestaba
era que me pintaran el pelo, me sentía degradado. Lo que más me gustaba era
que siempre te quedabas con la chica.Y la besabas.
¿De toda tu carrera; el peor beso y por qué?
No califico los besos de actuación de mejores o peores. Son besos,
digamos, "técnicos"; no cuentan.Y si alguna chica me hubiera besado mejor o
peor, como comprenderás, no lo diría. Son secretos que un actor nunca
revela. Lo que te puedo decir es que a veces, después de ver una escena
amorosa, mi mujer me decía torciendo la boca: "Hmm... ¡Demasiado natural!"
¿Llegará el día en que el teatro peruano reciba el apoyo
suficiente como para que surgan obras de las que se hable siempre como
Collacocha?
Me temo que no lo veré. Mientras no tengamos políticos con cierto
nivel cultural, que aprecien el arte, difícilmente se darán las condiciones
para que el teatro peruano se desarrolle y consolide. Sigue siendo obra de
magníficos quijotes.
Es una pena porque la materia prima humana para la creación
artística en el Perú es de primera. Sólo necesita un poco de estímulo para
desarrollarse.
¿La mayor frustración como actor? No tengo frustraciones como actor, quizá porque nunca me he creídola gran cosa, y entonces lo que me ha ido llegando ha sido todo bienvenido.
No soy de ese tipo de actores que sueñan con hacer determinado papel. Yo
simplemente escojo entre lo que me ofrecen, según una cierta línea de
trabajo.
Como hombre de teatro mi frustración consistió en que no pude
conseguir un teatro en Lima donde hacer las cosas a mi manera, enseñando y
presentando obras; como lo que hice en el TUC, pero en plan profesional.
Pero fue una frustración que no dejó huella. Solo cierta tristeza.
Acaba de recibir un homenaje en el Encuentro Latinoamericano de Cine.
¿El cine peruano ha evolucionado o involucionado?
¿A partir de qué? Nosotros no hemos tenido antes ni tenemos ahora
lo que se puede considerar una industria cinematográfica. Todo son
esfuerzos aislados, heroicos. Lo que sí veo es que hay cada vez más
directores y técnicos jóvenes con talento y ganas. Y que poco a poco,
contra viento y marea, se van haciendo más películas, algunas muy buenas. En
ese sentido creo que vamos mejorando.
Recuerdo esfuerzos aislados como los de Armando Robles Godoy que
llegó a hacer,cuatro o cinco películas (En la selva no hay estrellas, La
muralla verde, Espejismo...) o Federico García.
Después viene una hornada donde destaca nítidamente Francisco
Lombardi, con una docena de películas,a cual mejor, y en la que figura
gente tan estimable como Chicho Durand o Augusto Tamayo. En lo inmediato
menciono tres nombres al azar: Aldo Salvini, Fabricio Aguilar y Josué
Méndez, algunas de cuyas películas he visto con interés. Pero toda esta
gente necesita leyes que los estimulen. Y en eso no hemos evolucionado, me
parece. Aunque puedo estar mal informado.
Si Vargas Llosa te pidiera interpretar en Lima al profesor Aldo
Brunelli de la obra de teatro "El Loco de los Balcones" -que le dedicó-,
¿Lo harías?
Mario Vargas Llosa tuvo la gentileza de dedicarme esa obra, que ya se montó en Lima hace unos años dirigida por Alonso Alegría. No creo que el autor me pidiera que la interpretara. Pero si así fuera, lo haría con mucho gusto. Recuerdo con admiración al profesor Bruno Rosselli y aprecio a Vargas Llosa como el que más.
¿Dejarás las telenovelas?...
Supongo que cuando ya no me llamen para hacerlas. Por el momento,
vivo de actuar en ellas. Dejaría de hacerlas, por dignidad, si perdiera
facultades, antes de empezar a dar pena.
Lo bueno de la actuación es que hay papeles para todas las edades.
Y lo bueno de los viejos actores es que cada día tienes menos
competencia...
¿Qué diferencia hay entre los halagos de una mujer de 35 a los de
una de 60?
Depende de una y de otra. Por lo general, un halago te gusta venga
de cualquier edad.Y todos tenemos nuestro corazoncito y somos sensibles a
la lisonja.
Pero los halagos, como los insultos, se toman como de quien vienen.
Y ahí está la diferencia. (El macho que todos llevamos dentro dirá que el
de la de 35 halaga más...las hormonas!)
A los 71 años; tu vida en una palabra:
Inconclusa.
Y una de yapa, por la necesidad del contexto y porque en la anterior
pregunta pedí solo una palabra... ¿Las entrevisas por Internet, van o no van?
Me encantan. Me parece más preciso y más rápido. Siempre y cuando
respeten escrupulosamente lo que contesto y no pongan en mi boca palabras
que no suelo decir. Que conste que no es una advertencia, ¿ah?