#ElPerúQueQueremos

"Todo es interesante"

Un extracto de Irrupciones, de Mario Levrero

“Me miro en el espejo y veo a alguien que no me gusta del todo, pero es alguien en quien puedo confiar".

Mario Levrero

Publicado: 2014-05-14

Estoy leyendo a este excelente autor uruguayo (cuyos cuentos están ingresando tímidamente a nuestras librerías).  

Recuerdo que en la universidad, la profesora de periodismo nos preguntó: ¿Cuál es la diferencia entre interesante e importante? Respondí: Que lo interesante no siempre es importante pero lo importante siempre es interesante. Pero estábamos hablando de los temas actuales y los inactuales y no profundizamos. Por supuesto, yo era demasiado joven para cuestionarme…

Levrero dice: Interesarse es dejarse afectar. 

Comparto con ustedes su lúcido ensayo.

********                        ******************                ********

A veces me pregunto si lo que escribo resultará interesante para algún lector. Después advierto que no sé qué quiere decir la palabra interesante. De alguna manera me doy cuenta de que es lo contrario de aburrido, pero tampoco tengo claro el sentido del aburrimiento.

Recuerdo algo que me explicaron hace tiempo y voy al diccionario, y refresco la noticia de que aburrirse tiene que ver con la historia personal de cada uno, ya que su origen es la expresión latina ab horrere, o tener horror. Aborrecer tiene el mismo origen. Aborrezco lo que me horroriza, y aburrirme es otra manera de percibir lo que horroriza. Claro que hay un me que hace más interesante la expresión: me aburro equivale a me provoco horror a mí mismo, o me aborrezco que viene a ser la misma cosa. Los que se aburren, entonces, buscan matar el tiempo (que es una manera de matarse, ya que el tiempo no se puede matar) para no sentir ese horror hacia sí mismos, y de allí provienen las diversiones. Divertir es, entre otras cosas, una estrategia de guerra que consiste en llamar la atención hacia un lugar distante del objetivo, para que el enemigo no se percate del objetivo verdadero.

Aburrimiento y diversión se relacionan con el odio y con la guerra que cada uno tiene consigo mismo, y no con mi pobre literatura: esto me deja más tranquilo. Pero sigo pensando en la palabra interesante. Una de las acepciones de interesar es afectar, en el sentido que dan los médicos al término, y que es más o menos el mismo de los partes policiales: las puñaladas interesaron tal o cual región intercostal de la víctima. Aquello que nos interesa, nos afecta para bien o para mal.

Interesarse es entonces dejarse afectar, y en general interesa lo llamativo, lo espectacular, lo inusual, es decir, aquello que se impone, que llama la atención hacía sí de un modo contundente. A mí más bien esas cosas me molestan, y trato de dejarme afectar por otras más sencillas y próximas. Hasta que me doy cuenta de que no existen cosas sencillas, y no existen cosas próximas. Existen, sí, cosas sencillas, y no existen cosas próximas. Existen, sí, cosas humildes que no llaman la atención hacia ellas en forma contundente, pero doy fe de que pueden llegar a ser tan interesantes, es decir, pueden llegar a afectar tanto como las otras, o incluso más.

Como me decía un amigo hace poco, TODO es interesante. Absolutamente todo: cada objeto, cada lapso, cada sentimiento, cada idea. Cada fragmento de objeto, cada instante. Lo que se agota es nuestra capacidad de dejarnos afectar, es decir, nuestra capacidad de investigar las novedades que continuamente se producen en el objeto, es decir, nuestra capacidad de relacionarnos con el objeto. De ahí, tal vez, el horror.


Escrito por

Katya Adaui

¿Qué es lo que quiero contar? ¿Qué es lo que he aprendido?


Publicado en

Casa de estrafalario

Escribo para descubrir, para ser feliz, para viajar, para volar. @kadaui