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Uno de mis libros favoritos de este invierno.

Una reseña de Técnicas de Iluminación de Eloy Tizón

Libro editado por "Páginas de espuma" se encuentra en nuestras librerías

"No le doy todo hecho al lector".

Eloy Tizón

Publicado: 2014-06-12


Texto escrito por Emiliano Molina para el blog solodelibros:

Los relatos reunidos en Técnicas de iluminación no son meras historias: son representaciones de estados de ánimo; ensoñaciones narrativas que describen sensaciones y deseos de una forma tan visual como surrealista. Eloy Tizón tiene la facultad de retorcer el lenguaje, de adaptarlo para que muestre entresijos del alma humana, en lugar de limitarse a describir acciones o lugares; su narrativa es proteica, musical y colorista, con unos mimbres que hacen de cada texto un universo sensual que anega al lector con un tumulto de contradicciones. Hablamos de unos cuentos que apelan a nuestro oído, a nuestro olfato, y no a una capacidad cabal de comprensión, puesto que cada una de estas historias nos sitúa en un escenario onírico, casi irreal, en el que lo que sucede no es tan importante, sino cómo se cuenta.

Técnicas de iluminación está conformado por diez relatos que, en el fondo, tratan sobre los aspectos más básicos (y, por ende, más literaturizados) de la condición humana: el amor —o el desamor, en muchos casos—, la pérdida, el éxito, la madurez… Sin embargo, el lector no va a encontrar unas tramas que desarrollen estos conceptos en torno a personajes o situaciones: el autor opta por una aproximación posmoderna o lúdica y nos embarca en unas narraciones repletas de secuencias disparatadas, ensueños, metáforas imposibles, dislocaciones de la realidad y todo tipo de elementos imaginativos. No es en absoluto un estilo fantástico en un sentido formalista, sino una literatura de sugerencias, de símiles sensuales que consiguen evocar emociones: una literatura que apela a la sensibilidad y no al análisis. ¿Quiere esto decir que son cuentos sin trasfondo? Por supuesto que no: detrás de cada uno de ellos hay un motivo que entronca con la (nuestra) realidad: una ruptura, una muerte…; pero la aproximación que hace el autor es a través de la palabra, no de la interpretación.

Los personajes de los diferentes cuentos se encuentran en situaciones más o menos extremas: a veces por su gravedad (es el caso de «Nautilus»), aunque en otras el motivo es mucho más baladí (así ocurre en «Alrededor de la boda»). Sin embargo, el punto de partida para cada una de las historias representa un hito para sus protagonistas, ya que afrontan algún cambio significativo que rompe su tranquilidad anterior; cambios mínimos, quizá, pero que trastocan su visión del mundo y provocan una serie de «iluminaciones» que consiguen que se vea la realidad con nuevos ojos. De ahí que la manera de narrar de Tizón sea capital para construir los diferentes textos: sólo a través de la insinuación, del vislumbre, del ensueño o de la imaginación se puede acceder a esa transformación. Cada una de estas historias recurre al surrealismo y al absurdo para tejer una realidad alternativa, en la que los personajes puedan hacer frente a sus problemas sin tropezar en los obstáculos que inevitablemente plantea el mundo tal y como lo conocen.

A favor de este método de narración hay que apuntar a su vivacidad. Hay relatos que desbordan imaginería fantástica, escenas curiosísimas y escenarios fascinantes en los que el lector puede deleitarse sin más, dejando que sus sentidos se empapen con la habilidad del autor para tejer metáforas, símiles y descripciones; «Fotosíntesis», el texto que abre el volumen, es un perfecto ejemplo de la artillería verbal de la que hace gala Eloy Tizón. En el sentido contrario podemos afirmar (y el que suscribe otorga más importancia a esto último) que en casi todos los relatos la primacía del artificio hace que la peripecia del personaje quede, no ya en segundo, sino en último plano; y esto, que en puridad no representa un demérito, contribuye a deshumanizar a los protagonistas y a dejarlos reducidos a meras comparsas, a los compañeros de baile de una prosa fulgurante, pero poco más.

En este sentido, Técnicas de iluminación es un libro (valga la redundancia) luminoso y original; el estilo del autor logra embarcarnos en una lectura sugerente, suspendiendo nuestra incredulidad en favor de una suerte de música de palabras que nos embelesa con su melodía. No obstante, uno echa en falta un cierto análisis, un acercamiento más comprometido con lo humano, con aquello que nos define, sin recurrir al subterfugio de la prestidigitación literaria. Algunos de los relatos nos sitúan frente a momentos importantes, definitorios, que sin embargo se difuminan tras una prosa de apabullantes florilegios. Un libro, sin duda, exigente en lo formal, pero deficitario en lo temático.


Escrito por

Katya Adaui

¿Qué es lo que quiero contar? ¿Qué es lo que he aprendido?


Publicado en

Casa de estrafalario

Escribo para descubrir, para ser feliz, para viajar, para volar. @kadaui